miércoles, 4 de abril de 2012

Intel Serie 313 SSD: ¿Vale la pena la caché SSD?


En febrero se filtraba la serie 313 de unidades SSD fabricadas con Intel, que se proclamaban como la apuesta de la firma para complementar su línea de procesadores Ivy Bridge con una caché de almacenamiento sólido muy rápida que permita acceder mucho más rápido a los contenidos de los discos de almacenamiento instalados en los ordenadores, acelerando la ejecución de aplicaciones, arranque del sistema y prorporcionando un rendimiento mayor. Hoy la firma ha hecho oficial su lanzamiento sin darles apenas protagonismo, con disponibilidad inmediata e incluso algunos benchmarks para comprobar sus capacidades.

Las unidades, al tratarse de sencillas memorias intermedias, tienen una capacidad bastante inferior a la de los SSD de almacenamiento normales, y vienen en versiones de 20 y 24GB con distintas especificaciones. El modelo de mayor capacidad presenta curiosamente unas velocidades de lectura más humildes que la versión de 20GB, con 160MB/s en comparación con los 220MB/s del otro modelo, pero lo que el Intel SSD 313 de 24GB pierde en tasas de lectura lo gana en un apartado quizás más importante, la tasa de escritura, 115MB/s en este modelo en lectura secuencial, 15MB/s por encima del modelo de 20GB, que se queda en 100MB/s. Si los comparamos con la anterior línea de unidades de almacenamiento intermedio de Intel, la nueva serie 313 experimenta una mejora del 42%, aproximadamente 30MB/s por encima en la escritura, con un nivel de IOPS (Operaciones de entrada/salida por segundo) aleatorio inferior a sus predecesores en el modelo 20GB y ligeramente superior en el de 24GB.

Caché SSD, ¿vale la pena?

Durante las primeras etapas de la generalización de este tipo de almacenamiento NAND Flash, la práctica totalidad de los expertos desaconsejaba el uso de las unidades SSD para tareas de caché o “Swap”, porque la cantidad de ciclos de escritura y borrado soportado por las memorias MLC era realmente limitado, y la ausencia de métodos “paliativos” provocaba una rápida degradación de las unidades, lo que provocaba ralentizaciones y fallos, que las convertía en un tipo de memoria inviable para ese cometido. Por otra parte, las memorias SLC tenían un coste de producción muy elevado, y limitaba el uso de estos dispositivos a un público de corte profesional.

La evolución de las memorias NAND Flash, tanto MLC como SLC ha generalizado el uso del almacenamiento sólido para funciones de memoria caché, en parte por la mayor durabilidad de estos chips, su menor coste de producción — en comparación con años anteriores — y en parte por la tecnología TRIM, un juego de órdenes que permite optimizar los ciclos de lectura y escritura en SSD permitiendo que estas unidades se comuniquen con el sistema operativo de un modo más avanzado, evitando el borrado de bloques completos cuando existe algún bit de información “olvidado”. Hoy en día esta es la solución ideal para muchos usuarios, que necesitan una gran cantidad de espacio de almacenaje y por lo tanto optan por utilizar unidades de disco duro convencionales, que carecen de la gran velocidad y acceso “instantáneo” que caracteriza a las unidades SSD, pero quieren poder experimentar una mejora del rendimiento y una mayor velocidad al ejecutar sus aplicaciones.

Esa es la teoría, pero ¿cómo se comportan los Intel 313 en realidad?

Puede que en un primer momento las tasas de lectura y escritura nos parezcan demasiado discretas, en comparación con otras unidades de consumo general con controladoras de alto rendimiento, que pueden superar los 500MB/s en ambos escenarios, pero lo cierto es que una memoria intermedia es más estimable por la rapidez de acceso y la fiabilidad de sus chips NAND que por la velocidad sostenida de transferencia, porque su uso es muy específico, de apenas unos segundos, y no se utilizan para mover enormes porciones de información. En el caso de la serie 313, las memorias NAND Flash SLC aseguran una mayor fiabilidad y gran resistencia a los fallos, junto a un rendimiento en teoría superior al de los chips MLC.

El sitio griego Hwbox ha recibido una de las nuevas unidades Intel 313 de 20GB y tras una batería de pruebas ha llegado a la conclusión de que cumple con lo prometido por Intel. Aunque no alcanza el poder bruto de unidades SSD de mayor capacidad, a través del software proporcionado por Intel las nuevas unidades de caché logran su cometido, mejorar el comportamiento del sistema almacenando los archivos más importantes del sistema y los más utilizados, logrando que la velocidad de acceso al sistema y a distintos programas de uso general aumente considerablemente.

Relación calidad/precio, ¿merece la pena?

Si algo me ha decepcionado de este anuncio es conocer los precios oficiales de la serie 313, que ha quedado por encima de lo que se estimaba a comienzos de febrero. El modelo de 20GB tiene se comercializa aproximadamente por US$120, mientras que la de 24GB, con mayor velocidad de escritura, sube hasta los US$140. No existe ninguna diferencia entre las unidades convencionales de 2.5 pulgadas dispuestas para ordenadores de sobremesa y portátiles de alto rendimiento, y los modelos mSATA, disponibles para equipos portátiles compactos y miniPCs, lo que resulta como poco, curioso, teniendo en cuenta la diferencia entre ambos formatos.


Los precios son altos, a todas luces, incluso teniendo en cuenta las memorias SLC. Con un sistema configurado adecuadamente — por ejemplo, un ordenador basado en el chipset Z68 de Intel — podríamos adquirir por un precio bastante similar una unidade de mucha mayor capacidad, y utilizar la tecnología Intel RST para conseguir un resultado muy similar al de estas unidades especialmente creadas para actuar como caché de nuestro disco duro principal. ¿Vale la pena? si no disponemos de un equipo adecuado esta alternativa, o una similar de otros fabricantes es la más interesante, sin lugar a dudas, porque combina — como los discos Momentus XT de Seagate — la capacidad de los HDD con la rapidez de las memorias NAND. Por el momento, personalmente me provocan cierta reticencia, y quizás utilizaría un SSD de mayor tamaño para instalar el sistema operativo, claro que en mi caso no tengo una necesidad imperiosa de mejorar el acceso a mis archivos.

Imágenes: HwBox

0 comentarios:

Publicar un comentario