Olvidaros del 3D, los televisores LED e incluso de los mismísimos sistemas láser. Todo eso ya es historia, porque en lo que se está trabajando actualmente en los laboratorios más punteros, es en la nueva tecnología Quantum Dot (más conocida como QD). La revolución que supondrá esta increíble tecnología, hará palidecer a películas de ciencia ficción como Star Trek, Star Wars o Minority Report. No es para menos, puesto que la tecnología QD promete televisores tan finos como un folio, que se podrán llevar en la cartera o enrollar.
Todo se basa en unos nuevos “cristales cuánticos” emisores de luz (un concepto muy similar al de la tecnología OLED), que con un tamaño 100.000 veces más pequeño que un pelo humano, se podrían utilizar en casi cualquier superficie, que por arte de magia se convertiría en una pantalla de televisión. Es más, estos cristales se podrían “disolver” cual tinta e imprimir sobre superficies plásticas, de forma que los televisores del futuro serían no sólo tan delgadas como un papel, sino incluso flexibles y de cualquier tamaño: desde un sello de correos hasta la pared de un apartamento. ¿Os imagináis que todo el techo de vuestra habitación se convirtiera a golpe de botón en una gran pantalla de cine?…
Una de las compañías que cuenta con tecnología más avanzada es la casa Nanoco, que al parecer ya se encuentra en conversaciones con diversos fabricantes del lejano oriente para aplicar esta tecnología a los televisores del futuro. Los nombre por el momento se mantienen en secreto, pero se especula que entre los fabricantes contactados estarían gigantes como Samsung, LG, Sony o Sharp. De hecho, desde Nanoco se indica que posiblemente para el 2012 ya tengamos el primer prototipo de televisión QD “normal” (que estaría en tiendas para finales de año) y que en menos de 3 años, tendremos una televisión flexible.
Como comentábamos, el funcionamiento de esta nueva tecnología es muy similar a la OLED: cuando se somete a un diferencial a los cristales, estos emiten luz de un determinado color. Color que puede variar según el tamaño que tengan los cristales. Al parecer, los voltajes requeridos para que los cristales se “exciten” es muy baja, por lo que los próximos televisores podrían consumir muchísimo menos que los actuales. Si a eso añadimos que este sistema emite una luz muy brillante, con unos pocos cristales y combinándolo con retroiluminación LED, se podrían conseguir televisores mucho más “potentes” que los actuales, con una fracción de su consumo. Lo dicho, en esto de la electrónica de consumo, el que se duerme en los laureles la fastidia. Lo que no se yo, es si el común de los mortales podrá alcanzar este ritmo de cambio de equipos tan rápido.
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