Microsoft ha actualizado de manera silenciosa las Xbox 360 conectadas al sistema Xbox live, añadiendo una nueva medida de seguridad contra el uso de copias no autorizadas de juegos. Esta nueva actualización se realizó sin conocimiento de los usuarios, y sin interrumpir el juego o requerir ningún reinicio, añadiendo una nueva batería de pruebas para comprobar la validez de los discos introducidos en la consola. Mediante un nuevo archivo introducido en la memoria NAND de la consola, y por lo tanto no accesible por el usuario final, Microsoft puede hacer una serie de verificaciones capaces de comprobar distintos sectores de los discos originales, que no son replicables mediante una copia en DVD-DL. La diferencia con respecto a anteriores medidas de seguridad es que este archivo, llamado dae.bin, es único para cada consola, y por lo tanto más difícil de engañar con parches genéricos como los que circulan por internet para poder ejecutar los últimos títulos, que cuentan con las medidas anti-piratería introducidas en el nuevo formato XGD3 que la compañía presentó a mediados de año, y cuyo primer escenario de prueba fue Halo: Reach.
La actualización afecta específicamente a estos últimos juegos, como Call of Duty Modern Warfare 3, que en su “versión Sparrow” no supera las nuevas pruebas de validación con los firmwares personalizados, y devuelve un error de disco sucio o dañado al ser leido por la consola. Es evidente que Microsoft está realmente comprometida con aliviar el tremendo índice de piratería que acusa al sistema, y que está afectando incluso al juego online. Sin embargo, han surgido en los foros de Xbox.com muchos avisos de que estas nuevas medidas de seguridad podrían estar afectando también a usuarios que han adquirido legalmente su copia del juego de Activision, y que aparentemente se ven incapaces de ejecutar sus juegos porque son reconocidos como discos no válidos, y por lo tanto devuelven el mencionado error de lectura.
Un representante de Microsoft ha declarado, mediante los foros oficiales, que la compañía está actualmente investigando este inconveniente, y trabajan con Activision para resolver el problema, aunque no han reconocido abiertamente que el causante sea la actualización, desviando la atención hacia el desarrollador del juego. Al menos parece que han conseguido detener en la mayoría de los casos las copias no autorizadas, a la espera de averiguar por qué usuarios legítimos no tienen acceso, siempre según las reclamaciones presentadas, a su juego original.
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