jueves, 20 de octubre de 2011

Historia de la Tecnología: Proyecto TRON, el origen del sistema operativo más usado del mundo


Quizá te sorprenda lo que voy a decir, pero el sistema operativo más popular que existe surgió en Japón, de un proyecto llamado TRON y no tiene un nombre específico. Así que el sistema operativo más usado del mundo no se llama Windows, ni se trata de algún miembro de la familia Unix, sino de uno muy discreto del que muy poco se habla o escribe, que forma parte de una genealogía oriental casi omnipresente y del que te voy a contar a continuación.

En el 1984 el Prof. Ken Sakamura de la Universidad de Tokio inició un proyecto con el ideal de crear una arquitectura de red y de computación que provea todo lo que la sociedad necesita. Este concepto puede asociarse a la llamada computación ubicua o Internet de las cosas, teorizada en aquellos años por Mark Weiser. El resultado del trabajo de Sakamura fue el Proyecto TRON, que no es sino el diseño de un núcleo de sistema operativo del cual se han desprendido múltiples especificaciones e implementaciones, siendo ITRON (Industrial TRON) la más popular de todas ellas. De hecho hay cinco implementaciones básicas de
TRON:
  • ITRON: para la industria
  • BTRON: para negocios y educación
  • CTRON: para mainframes
  • MTRON: para sistemas de comunicación
  • STRON: para hardware
El éxito del proyecto fue inmediato. Rápidamente empresas del tamaño de Hitachi, NEC, Fujitsu, Mitsubishi, entre muchas otras, comenzaron la fabricación de dispositivos donde implementaron sistemas operativos basados en el diseño propuesto por el Proyecto TRON, dispositivos que llegaron a todo el mundo. Así que es muy probable que sin saberlo tengas uno en casa o la oficina.

Hay una historia curiosa sobre cómo Microsoft intentó detener el avance de TRON, haciendo lobby para presionar políticamente desde EE. UU. hasta Japón. El asunto está muy bien documentado por Steven J. Searle, web master del sitio oficial de TRON.

Hoy en día los sistemas operativos basados en la especificación TRON operan sobre miles de millones de dispositivos electrodomésticos, entre ellos teléfonos móviles, automóviles, máquinas de fax, cámaras digitales, sistemas de aire acondicionado, y hasta máquinas de karaoke. Por supuesto, la mayoría son dispositivos fabricados en Japón, que en suma no se comparan con la cantidad de smartphones, servidores, laptops, netbooks, PC, fabricados en todo el mundo. Por eso los sistemas operativos nacidos de TRON son los que dominan el mundo.


Es importante mencionar que uno de los principios fundacionales del Proyecto TRON, impulsados por el prof. Sakamura, es que ofrecería una arquitectura abierta, es decir, donde toda la información técnica relacionada sería de libre acceso para que el fabricante hiciera una implementación tan abierta o cerrada como quisiera.

Además, TRON viene de The Real-time Operating system Nucleus: el núcleo de sistema operativo en tiempo real. En terminos llanos, los sistemas operativos en tiempo real (RTOS, por sus siglas en inglés) son aquellos que atienden peticiones (por ejemplo, acceso a los recursos de la computadora) con restricciones de tiempo más exigentes que los sistemas operativos normales. Regularmente, los RTOS son utilizados en sistemas embebidos, donde los tiempos de respuesta son cruciales. Es por eso que los sistemas operativos diseñados bajo la especificación TRON o alguna de sus derivadas, corren en sistemas embebidos que van desde electrodomésticos hasta productos industriales como los sistemas de control encontrados en fábricas.

La evolución de TRON se llama T-Engine, un proyecto que busca mejorar lo realizado los últimos 20 años, siempre con el objetivo primordial del prof. Sakamura en mente: hacer posible en cómputo ubicuo con arquitecturas abiertas. T-Engine tiene como objetivo “ser la plataforma de computación ubicua más avanzada del mundo”, al ser compacta, en tiempo real, estandarizada y abierta. Y el T-Kernel es uno sus primeros frutos.
Sirva este pequeño artículo para recordar el discreto pero influyente trabajo del prof. Sakamura.

0 comentarios:

Publicar un comentario